Una boda, cuatro bautizos y 85 cumpleaños

Hola a tod@s! Aquí os dejo la carta abierta que el padre Petris ha publicado estos días en el diario ABC Color, con motivo de la situación de la (in)Justicia paraguaya. Para los que todavía no lo sepáis, la Corte Suprema de Justicia ya resolvió el caso de mi tio hace un mes. Pero la señora jueza Hermosa (el azar a veces nos regala apellidos injustos) ha decidido dilatar la espera. Y digo espera porque en Cuenca estamos esperando a mi tío para celebrar 4 bautizos, una boda y 85 cumpleaños. Sí, exactamente los momentos que él se ha perdido en los cinco años que no ha podido viajar a España. Estáis todos invitados a Cuenca porque, probablemente, en mi familia estaremos varios meses soplando velas y comiendo tartas.
A la jueza Hermosa también la invito. Aunque ella no sabría apreciarlo, porque ni siquiera sabe el significado de la palabra Justicia.Algo para lo que se le paga. Ya sabéis, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Besos a todos y gracias al Padre Petris.

P.D: Señora jueza, ya que al parecer nuestra familia no le importa demasiado, voy a ver si con los animalitos tenemos más suerte. Le hago saber que en casa tenemos una perrita, llamada Rita, con más conocimiento que muchas personas. Rita cumple 1 año el 5 de noviembre. Si no le importa, nos gustaría que mi tío la conociera y la pudiera felicitar. Gracias de antemano.


Carta abierta a la juez Gloria Hermosa
Le confieso, ya desde el principio, que le escribo cansado de lo que ha sido el largo e interminable proceso a que ha estado sometido el P. Rubio. Y en el que usted, y pienso que lamentablemente, ha tenido una parte activa como presidenta del Tribunal de Sentencia. No voy a hacer alusión al cúmulo de irregularidades habidas en este proceso y que el equipo jurídico del Dr. Bogarín dejó en evidencia. Abogados de fama internacional que leyeron la sentencia y la defensa técnica no acababan de entender una condena como la que se le impuso al P. Rubio. La Corte Suprema ha corregido la sentencia que usted avaló como presidenta del Tribunal. Han sido muchas las voces, unas que se han dejado oír a través de los medios de comunicación, otras, silenciosas, que llegaban hasta la Parroquia del Salesianito para expresarnos su indignación por la forma como se estaba llevando el proceso. Solo quiero recordarle a usted que el Diario ABC Color editorializó el caso en varias ocasiones y el insigne escritor paraguayo, Alcibiades González Delvalle, escribía en el mismo diario que esta situación de “prisión se prolonga por efecto de increíbles desaciertos de los magistrados, tal como el abogado Bogarín lo viene demostrando”.
Resulta que ahora que la Corte Suprema ha dirimido y zanjado el asunto, usted se niega a recibir el expediente y a tramitarlo por razones que no parecen muy claras y que, incluso, no se ajustan mucho a derecho, según el escrito que el Dr. Bogarín presentó ante la Corte. Cito sus palabras textuales: “Las “razones” que alega la misma es que existen aclaratorias pendientes y eso hace que el citado Acuerdo y Sentencia aún no se encuentre firme. Flagrante y palpable desconocimiento de expresas disposiciones legales. Es cierto que la norma del art. 454 establece un efecto suspensivo para LOS RECURSOS pero también es cierto que LA ACLARATORIA en este proceso YA NO ES UN RECURSO, y tiene las características procesales establecidas en el art. 126 del código de procedimientos penales”.
No es bueno para la justicia que haya jueces que puedan caer dentro de lo que algunos escritores han llamado jocosamente “Jurisprudencia de la gastronomía” en la que las razones para absolver o condenar dependen de la buena o mala digestión del juez.
Con mi carta abierta, en nombre de mucha gente y de mis hermanos de la Comunidad del Salesianito, no le estoy pidiendo explicación de lo que usted hace o dice en sus sentencias o en este caso particular del P. Rubio; pero sí, tanto yo como los salesianos que vivimos con él, tenemos el derecho a conocer la justificación de sus decisiones y usted tiene el deber, pues para ello ha sido nombrada jueza, de justificar sus decisiones y mostrar que se ajustan al Derecho para no dar la impresión de que está obrando por razones ajenas a la causa. Y creo, señora jueza, que en esta causa hay muchísimas cosas que aclarar, como la Corte ha puesto de manifiesto en su sentencia. No está nada claro el por qué usted no ha recibido el expediente y le ha dado trámite para el Juzgado de Sentencia. Y con esta actitud, usted está impidiendo que un ciudadano, que ya ha cumplido con creces con la justicia, no pueda ejercer sus derechos ni ejercer su libertad de modo pleno como le corresponde. Con lo que le estoy diciendo, señora jueza, no pongo en tela de juicio su potestad para fallar; pero le recuerdo que un fallo sin fundamentación es el ejemplo más claro de una sentencia arbitraria, aunque la sentencia se conforme al Derecho. Y ya que estamos hablando de un tema que afecta a la independencia e imparcialidad del juez, le recuerdo que ambas tienen un correlato en el derecho de los ciudadanos a ser juzgados desde el Derecho, y no desde las relaciones de poder, juego de intereses o sistema de valores extraños al mismo Derecho. Es más, y usted lo debe saber mejor que yo, la independencia y la imparcialidad no son privilegios del juez, sino que son GARANTÍAS PARA LOS CIUDADANOS que verán salvaguardadas su libertad e igualdad ante la ley. Por tanto independiente e imparcial es el juez que aplica el Derecho y que lo hace con razones que el Derecho mismo le suministra. A veces queda la impresión, leyendo algunas sentencias y viendo ciertos comportamientos, que el juez tiene que ser despiadado y duro para ser respetado. Y yo, personalmente, quizá por mi formación religiosa, pienso que es todo lo contrario, pues solo un juez ecuánime y profundamente humano, dictará sentencias justas y respetuosas con los derechos de las personas juzgadas. Me vienen a la memoria los sapientísimos consejos que Don Quijote le daba a Sancho antes de empezar a gobernar: “Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de tu injuria, y ponla en la verdad del caso”. Y “no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo”.
Entiendo que no es fácil el juzgamiento de ciertos casos, entre ellos el del P. Rubio, y más cuando el Presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados tiene un hermano como representante de la querella adhesiva. Me ratifico en lo que escribí el 5 de Julio de 2009 en el Diario ABC Color y que dice textualmente: “Ha sido lamentable ver sentado en el puesto de la “querella adhesiva”, en representación de la Unión Europea, a Claudio Bacchetta, hermano de Enrique Bacchetta y, por supuesto, perteneciente al estudio jurídico que lleva dicho nombre. Así mismo ejerció la representación de la Unión Europea Cecilia Pérez, perteneciente también al mismo estudio jurídico, y cuyo caso está siendo investigado por el Ministerio de Relaciones Exteriores por la percepción de un doble rubro, al que accedió porque, según ella, la Unión Europea había renunciado a su inmunidad diplomática, cosa que no solo no es cierta sino que es positivamente mentira, tal como se desprende de los documentos que obran en el juzgado. Claudio Bacchetta no necesitaba hablar, cosa que hizo exactamente al pie de la letra durante todo el proceso en el que ni abrió la boca, pues su presencia era ya una señal clara para quienes tenían que juzgar”.
Lo que los abogados del P. Rubio, y con ellos muchísima gente, están pidiendo no es piedad ni humanidad, aunque tendrían mucha razón para hacerlo, pues, ya que su mamá murió durante este proceso sin poderla ver, es lógico que ahora, cumplida la justicia, quiera ver a su papá de 92 años, sino que lo que piden es simple y llanamente que se haga justicia y pueda ejercer sus derechos ciudadanos.
Aprovecho la ocasión para saludarle atentamente

P. Arduino Peris
Párroco del Salesianito

La herencia valenciana de la nueva maravilla del mundo hídrico


Si la Comunitat Valenciana pudiera recibir sólo una ínfima parte de los hectómetros cúbicos que maneja a diario uno de su descendientes al otro lado del océano Atlántico podría poner fin definitivo a sus históricos problemas de sequía. Y es que Carlos Mateo Balmelli, paraguayo de nacimiento pero valenciano de corazón, preside desde hace un año la mayor central de energía hidroeléctrica del mundo, y una de las nuevas siete maravillas de la era moderna, según los ingenieros estadounidenses. La presa de Itaipú.

A sus 48 años, Mateo Balmelli es una de las figuras más importantes del panorama político y social de Paraguay. No es para menos, porque tiene el honor de haber alcanzado bajo su mandato el récord mundial de energía eléctrica con la producción de 94,7 millones de Mwh. Pero la biografía de este paraguayo de nacimiento se remonta décadas atrás a los veranos de playa en la Malvarrosa o a los domingos de paella en la casa que su familia tiene en Buñol. El presidente de la parte paraguaya de Itaipú (la central tiene la gestión compartida por Brasil y Paraguay) es hijo, sobrino y nieto de valencianos. De hecho, todavía hoy buena parte de su familia paterna vive en la Comunitat, en concreto en Alicante. Aunque Mateo visita Valencia con frecuencia, reconoce que no lo hace “todo lo que quisiera” porque sus actuales responsabilidades en el gigante hidroeléctrico se lo impiden. La última vez fue el año pasado, antes de tomar posesión de su cargo. Pasó unos días en la capital del Túria visitando a familiares y comprobando cuánto ha cambiado la ciudad que guarda buena parte de sus recuerdos de infancia. “Valencia está espectacular. Siempre fue bonita, pero ahora está a la altura de grandes capitales del mundo”, asegura. Como buen embajador de su tierra familiar, no duda en ensalzar la paella como su plato favorito. Eso sí, la de verdura, pollo y conejo. Aunque la que hacen en Paraguay no puede compararse a la que come en la playa cada vez que visita la Comunitat, no se priva de ese pequeño lujo. Eso sí, en su cartilla de valencianía falta el sello fallero, porque todavía no conoce la fiesta grande de su ciudad paterna. Todo lo contrario que le ocurre con el Himno regional, del que se sabe letra y música. Su familia todavía conserva la casa familiar que tenía en Buñol, localidad famosa por la Tomatina, pero que Mateo Balmelli sitúa en el mapa mundial por “la curiosa competencia de los Litros y los Feos”. O lo que es lo mismo, por el duelo musical de la Artítistica y la Armónica. De hecho, hace años, cuando volvió a Buñol se quedó impresionado con la rivalidad entre ambas bandas musicales. “Mira, esa chica es hija de Feo, y no se habla con ese chico porque es hijo de Litro”, ironiza sobre los comentarios que le hacían sus familiares.

Entretanto, este paraguayo valenciano lidia estos días con la ardua misión de revisar el acuerdo energético entre Brasil y Paraguay a cuenta de Itaipú (piedra que suena, en lengua guaraní). Y es que, paradójicamente, mientras la Comunitat sufre los efectos de la sequía, Mateo Balmelli gestiona uno de los ríos más caudalosos del mundo, el río Paraná.


Artículo publicado en el diario El Mundo (Valencia)