La herencia valenciana de la nueva maravilla del mundo hídrico


Si la Comunitat Valenciana pudiera recibir sólo una ínfima parte de los hectómetros cúbicos que maneja a diario uno de su descendientes al otro lado del océano Atlántico podría poner fin definitivo a sus históricos problemas de sequía. Y es que Carlos Mateo Balmelli, paraguayo de nacimiento pero valenciano de corazón, preside desde hace un año la mayor central de energía hidroeléctrica del mundo, y una de las nuevas siete maravillas de la era moderna, según los ingenieros estadounidenses. La presa de Itaipú.

A sus 48 años, Mateo Balmelli es una de las figuras más importantes del panorama político y social de Paraguay. No es para menos, porque tiene el honor de haber alcanzado bajo su mandato el récord mundial de energía eléctrica con la producción de 94,7 millones de Mwh. Pero la biografía de este paraguayo de nacimiento se remonta décadas atrás a los veranos de playa en la Malvarrosa o a los domingos de paella en la casa que su familia tiene en Buñol. El presidente de la parte paraguaya de Itaipú (la central tiene la gestión compartida por Brasil y Paraguay) es hijo, sobrino y nieto de valencianos. De hecho, todavía hoy buena parte de su familia paterna vive en la Comunitat, en concreto en Alicante. Aunque Mateo visita Valencia con frecuencia, reconoce que no lo hace “todo lo que quisiera” porque sus actuales responsabilidades en el gigante hidroeléctrico se lo impiden. La última vez fue el año pasado, antes de tomar posesión de su cargo. Pasó unos días en la capital del Túria visitando a familiares y comprobando cuánto ha cambiado la ciudad que guarda buena parte de sus recuerdos de infancia. “Valencia está espectacular. Siempre fue bonita, pero ahora está a la altura de grandes capitales del mundo”, asegura. Como buen embajador de su tierra familiar, no duda en ensalzar la paella como su plato favorito. Eso sí, la de verdura, pollo y conejo. Aunque la que hacen en Paraguay no puede compararse a la que come en la playa cada vez que visita la Comunitat, no se priva de ese pequeño lujo. Eso sí, en su cartilla de valencianía falta el sello fallero, porque todavía no conoce la fiesta grande de su ciudad paterna. Todo lo contrario que le ocurre con el Himno regional, del que se sabe letra y música. Su familia todavía conserva la casa familiar que tenía en Buñol, localidad famosa por la Tomatina, pero que Mateo Balmelli sitúa en el mapa mundial por “la curiosa competencia de los Litros y los Feos”. O lo que es lo mismo, por el duelo musical de la Artítistica y la Armónica. De hecho, hace años, cuando volvió a Buñol se quedó impresionado con la rivalidad entre ambas bandas musicales. “Mira, esa chica es hija de Feo, y no se habla con ese chico porque es hijo de Litro”, ironiza sobre los comentarios que le hacían sus familiares.

Entretanto, este paraguayo valenciano lidia estos días con la ardua misión de revisar el acuerdo energético entre Brasil y Paraguay a cuenta de Itaipú (piedra que suena, en lengua guaraní). Y es que, paradójicamente, mientras la Comunitat sufre los efectos de la sequía, Mateo Balmelli gestiona uno de los ríos más caudalosos del mundo, el río Paraná.


Artículo publicado en el diario El Mundo (Valencia)

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