El idioma de Shakespeare está llamado a convertirse en el talón de Aquiles de la gran mayoría de españoles. En un país donde ni el Presidente del Gobierno conoce la segunda lengua más hablada del mundo, y sin duda la más internacional, no es de extrañar que sucedan episodios lingüísticos como el que os detallo.
Que una página del sector servicios, y más concretamente destinada al transporte y al turismo, no esté traducida a los prinicipales idiomas europeos, resulta sospechoso. Pero que de la opción de visualizar los contenidos en inglés y, más tarde, al pinchar sobre alguno de los enlaces u opciones, ninguna funcione es una absoluta chapuza.
Pues bien, la página de Renfe, nuestra compañía estatal de transportes ferroviarios lo es. Cuando una persona de habla no española (inglesa, gallega, euskera o catalana) intenta obtener información de un destino, reservar un billete o conocer los distintos tipos de tren que existen en España, la misión resulta una odisea. La página de inicio de Renfe nos muestra su mejor cara, y justo abajo a la izquierda nos muestra un menú desplegable en el que nos ofrece cambiar el idioma de los textos y aplicaciones. Pues bien, automáticamente nos redirecciona a otra pantalla en la que podemos elegir el destino (sin información previa) en inglés. Pues hasta aquí todo el inglés (catalán, euskera o gallego) que nos ofrece Renfe. Después, intentamos seleccionar el destino y nos reenvía a una página en español en la que se han olvidado de que no entendemos el idioma. Ni tan siquiera nos guardan el destino. Un auténtico caos.
Si la persona en cuestión tiene a alguien que pueda ayudarle a reservar el billete (en español, of course) la misión mantiene algunas complicaciones. Por ejemplo, no permite introducir códigos postales diferentes a los españoles. Al final, cuando consigues poner todo en orden y reservar y pagar tu billete, sientes por primera vez que el inglés en España es todavía una asignatura pendiente.
Quien corresponda debería replantearse esta situación, porque estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado. Si no damos facilidades a nuestro turismo, es tanto como insinuarles que preferimos que se queden en casa. Y con esta crisis, no está la cosa para ir dejando clientes por el camino.
Señores de Renfe, me ofrezco voluntaria para traducir su página... ¡pero háganlo!
1 comentario:
Ésta es la pena ( o una de ellas) de la educación en este pais.... los idiomas....Si ni siquiera el presidente ( por eso lo pongo con minúscula) o los políticos hablan idiomas, ¡que vamos a esperar del resto del país!!!..
En fins......
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