Y así es como Sabina descubrió la playa...
UN PAÍS SIN LA MOCHILA
No tengo mochila... pero sí un país por recorrer
El faro
Aviso a navegantes:
Esta entrada viene con música. Absténganse de leerla todos aquellos que no tengan pensado encender los altavoces o no le vayan a dar al play del reproductor de Youtube que he insertado. La canción dura exactamente 8:56 minutos, tiempo más que necesario para que vuestras mentes se trasladen de vuestro mundo al mío. O para que dejéis volar la imaginación hacia el lugar que hoy ocupa la mía. La canción es Forrest Gump suite, una delicia al piano con la que me duermo la mayor parte de mis noches, y con la que estoy escribiendo esto.Cambia la melodía y el ritmo casi tanto como cada uno de mis días. No os la podéis perder.
Dicho esto (por favor, hacedme caso) voy a ir entrando en materia, no sin antes agradecer a Pilar que me haya dejado su portátil estas dos mañanas de cama, pijama y medicamentos. Mientras mi adorado Mac sigue en el hospital, el pequeño de Pilar me ha hecho mucha compañía y me ha abierto de nuevo la ventana al mundo exterior. Gracias Pilar, te haré un bizcocho sin pepitas de chocolate!
En segundo lugar, quiero explicar que en la entrada de hoy no voy a dar nombres ni voy a especificar más allá de lo necesario, porque no me quiero dejar a nadie por el camino. Esta mi historia está formada por pequeños trocitos de muchísimas personas, y sería una necedad dar un exceso o defecto de protagonismo a todos los que la componen. ´
El enésimo de mis viajes desde el Liverpool John Lenon airport comenzó hace exactamente 9 días y debió de terminar hace sólo 3. Digo debió porque aún me siento en el camino. El norte de mi brújula me llevó esta vez hasta Fuerteventura. De nuevo una isla, aunque teñida de un color diferente a todo lo anteriormente contado en este blog. No me explico por qué, pero si pienso en mi viaje me viene a la cabeza el color azul. Azul mar, azul cielo o azul verano. Por asociación, estos tres términos me llevan de cabeza a una imagn que resume para mi este compendio de elementos: un faro. Os acordáis de Lucía y el sexo? Con el faro y el farero? Del rayo de sol uo o o... O de esa Najwa Nimri que persigue mis historias... ¿o quizá yo persigo las suyas? Pues no me preguntéis por qué, pero si pienso en Furteventura me acuerdo de esa película y de su luz. De su faro y de sus agujeros en la playa. Sigo buscando mi norte, la casualidad de mi vida, "la más grande". Y esta vez me ha pasado cerca, casi rozando...
La isla me recibió un miércoles por la tarde, casi noche, con la mejor de sus puestas de sol y uno de esos vinos de cartón que te devuelven al lugar de donde vienes. (si no, el golpe sería traumático). Suerte que lo arreglamos, verdad chicas? Ya el viaje en coche con mi gran amiga Choni (permitidme el lujo de nombradla, pero fue más anfitriona que la mismísima Preysler) desde el aeropuerto me sirvió de enganche. Relieves que sirven de escondite al más osado de los soles. Tan osado que se atrevió a dejarme una huella a modo de juramento de que algún día volveré. Que se lo pregunten a la mano que llevo en mi barriga. Sí, isla, lo prometo, volveré si me devuelves el color uniforme en la piel.
Para los que pensáis en Fuerteventura como la Formentera de Canarias, vais por mal camino. Lo único que tienen en común es que las dos empiezan por F y terminan por A. Lo demás son todo conjeturas. Fuerteventura tiene lo mejor de Lanzarote (por aquello de que tengo que hacer una comparación con algo que ya conocía) que para mí fueron sus paisajes volcánicos, pero también lo mejor de Menorca; sin duda las playas de sus calas. Hasta la semana pasada mis dos islas favoritas, cada una en su esencia. Ahora no tengo duda. Como decían los anuncios, ¿por qué comprar dos teniendo todo en la misma? Alguien me dijo que Fuerteventura te atrapa o te repele. En estos días he conocido las dos vertientes, pero la primera gana por goleada.
Me habéis oído decir mil veces que los sitios son los lugares y sus gentes. El mejor de los destinos no significaría nada para mi sin una historia que contar, o la de alguna de las personas que le dan vida. Hay gente que necesita llenar su vacío con las cosas; yo lo lleno con personas.Eso sí, estoy empezando a comprender que el paraiso empieza para mi en cada rincón en el que el mar toca la tierra. El mar me recarga, me revitaliza y me renueva. Es un intercambio de energías que sólo me sucede en esa mezcla de agua y sal que tanto me atrae. En otra vida debí haber nacido alga o gaviota, no lo tengo muy claro aún. Lo que sí tengo claro es que no puedo estar mucho tiempo lejos de él. En Fuerteventura lo he sentido cerca, pero también lejos. Como esas relaciones amor-odio que siempre son más amor adulterado que odio descafeinado.Allí estaba yo, en la más sublime de las islas, buscando las letras de una casualidad que quizá no existe. Mientras, yo la sigo buscando siempre cerca del mar.
En esos cinco días de bagaje he subido volcanes, me he dado mi primer baño del año (en el tardío mayo) he hecho nada (que es casi tan difícil como hacer algo) y he visto lugares donde me dejaría perder. He visto el más transparente de los mares en sintonía con la más negra de las arenas, o la más arisca de las rocas. Eso si que es amor, y no lo que vivimos los humanos. Y es que Fuerteventura es casi tan equilibrada como desequilibrada. Pero ni la mejor de las puestas de sol puede hacer frente a la mejor de las compañías. La unión de ambas puede resultar opiácea. Una vez más, los lugares son especiales por sus gentes, y de eso, en Fuerteventura saben un rato.En menos que canta un gallo he disfrutado de las mejores tertulias frente a un buen vino (y a un buen jamón obra del famoso Adrien Brody) o de las volteretas de mi joven amiga Mar. O de esos saltos en las enormes dunas, entre graznidos por unos "snacks muy finos", o de las horas en coche comprobando si una misma cerveza sabe diferente según el bar en que la tomes. Lo que se dice disfrutar "full time" mientras te cantan la canción de Física o Química o una de Mocedades. Toda una experiencia delimitada por el mar, una vez más. Es lo que tienen las islas, que mires donde mires, siempre ves mar. El adiós fue, como siempre, difícil. Pero algo de mi quedó allí, igual que algo de allí se vino conmigo. A batallas de amor, campo de pluma, como decían los poetas. "Ningún vestigio tan inconsolable como el que deja alguien, más aún cuando la latitud de la memoria ocupa un espacio mayor del que razonablemente le corresponde".
Tengo la sensación de que mi viaje no acabó el lunes, sino que empezó ahí. La isla es lo que tiene. Que se lo digan a los de Lost, que no han salido en 6 años. Yo ahora busco la luz de un faro que me indique cómo llegar a buen puerto. Desde lejos, las luces no se aprecian, pero para eso están los buenos fareros. Esos que te dicen si las historias quedaron en la isla o cruzaron el océano en busca de otro faro que apuntaba en la dirección de la casualidad equivocada.
Mientras, seguiré buscando la casualidad de mi vida, "la más grande", mientras espero la luz de su faro.
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Érase una vez (Once upon a time)...
Érase una vez... Porque así es como empiezan los cuentos y en todo cuento hay una princesa. En nuestro particular castillo conquense vive desde hace cinco meses una princesita llamada Sabina. Ella aún no lo sabe, pero tiene mucha suerte porque vive rodeada de gente que la quiere. O mucho más que eso. Comparte sus primeras experiencias en la vida con una familia que siempre había soñado con que ella llegara. Y ahora que está aquí la vida en palacio ha cambiado sensiblemente. Mientras, ella ríe. Mi amiga Marisol me dijo una vez que los bebés que ríen a carcajadas lo hacen porque son muy felices. Sabina debe de serlo.
Desafortunademente, yo me estoy perdiendo todo ese proceso que sólo ocurre una vez en la vida de cada bebé, aunque gracias al Skype puedo seguir sus pasos en esto de las primeras veces. Digamos que estuve en su primer baño, pero no en su primer biberón de cereales. Y eso, en la aburrida rutina de un bebé es toda una novedad!
El nacimiento de un bebé es siempre una alegría, pero en este caso, fue un acontecimiento! De hecho, cinco meses después, todavía se me hace raro pensar que tenemos un bebé en casa! El día en que ella nació se ha unido a ese grupo de días en que siempre recordamos lo que estábamos haciendo, dónde, con quién... Es, como yo le llamo, un día 11-S (o últimamente Michael Jackson). Creo que a muchos ya os lo he contado, pero si no, lo repito aquí.
El 6 de diciembre, cuando Sabina decidió que le apetecía conocernos, ya sabíamos que iba a nacer, con lo que su llegada no fue ninguna sorpresa. Por eso, ese día decidií que la protagonista de que de ahora en adelante celebremos un cumpleaños en diciembre tenía que poder ser partícipe de su propia noticia (años después). Desde por la mañana grabé videos explicándole a Sabina quienes éramos su familia, dónde vivián sus abuelos, de qué color iba a ser su habitación o dónde estaba el hospital donde se disponía a darnos la bienvenida. También los momentos de espera en la sala de partos, las caras de sus abuelos, o a su mamá pasando los dulces dolores edulcorados con la epidural. Y cómo no, el gran momento de su puesta de largo en sociedad. Las imágenes no tienen precio! Algún día podrás verlas!
Pero tengo más cosas para la princesa de mi cuento. Ese día guardé en una enorme caja que ahora duerme en un altillo de un armario, todos los periódicos del día, euros, fotos actuales de la familia, catálogos de juguetes con sus precios, folletos de ofertas del supermercado, una película en DVD y un CD (por si cambiamos el formato y de aquí a unos años le parecen una reliquia). La verdad es que metí muchísimas cosas más que ahora no recuerdo. Es su particular cápsula del tiempo. Aunque ahora me hacía muchísima ilusión escribirle una entrada de esete blog para que también perdure en el tiempo.
Sabina, dentro de unos añitos leerás esto (o igual internet ya no existe y es sólo una herramienta de los que nos creíamos modernos), así que yo te pongo un poco al día de cómo están las cosas.
Hoy tienes exactamente 5 meses y 5 días. Que tú llegaras ha sido (junto con nuestra perrita Rita, en menor medida, y siento la comparación ) lo mejor que nos ha pasado en casa. Llegaste cuando casi nadie te esperaba (no digas nada, pero yo creo que ni tus padres). En primer lugar, me presento. Yo soy tu tía Marta. Tu tía la moderna, que se ha tenido que ir a vivir a Inglaterra (más concretamente a Liverpool) para poder seguir comprándote vestidos y zapatos! Es que has ido a nacer en un año de crisis y yo soy periodista!!!Y ya tuve que hacer un desembolso para que tuvieras el carrito más bonito ... Además de tu tía favorita (tú eso aún no lo sabes, pero sí) soy tu madrina y casi tu madre (o al menos lo fui durante 15 días). A pesar de que estoy muy lejos, no me puedo aguantar sin que tu mamá te ponga por el Skype para que te vea aunque sea 5 minutos. No sé por qué me da que me conoces...Pero dejemos de hablar de mí y sigamos con la familia.
Aunque tú todavía no lo sabes, eres muy afortunada. No muchos niños tienen una familia tan completa. Tienes un bisabuelo que se llama Federico. Con tu permiso, él es todavía la persona más importante de nuestra casa. Ya lo aprenderás, pero la veteranía es un grado. Tenerte en casa todos los días lo hace más joven. Y eso que tiene 91 añitos... Eso sí, muy bien llevados. A tu bisabuelo se le cae la baba contigo. No es para menos, porque todos los días aprendes alguna tontería nueva de las que te enseña tu abuela Celia. Esa es otra historia. Sabina, después de la que tu mamá y yo hemos tenido ( y a la que tú no has podido conocer. Te habría querido muchísimo...) tú tienes la mejor abuela del mundo. Creo que ni ella misma sabe cuánto te quiere. La tienes embobada. Es una pena que los bebés no podáis daros cuenta de las atenciones que os hacemos de pequeños. Lo que te estaba diciendo, tu abuela Celia te adora. Aunque no es algo nuevo. Ella daría cualquier cosa por alguna de nosotras tres (tú, tu mamá y yo). Cuando seas mayor tienes que devolverle a la abuela la mitad de las carantoñas que ella te hace a diario. Igual que tu abuelo Julián, que está obsesionado con que cada vez que lloras es que tienes hambre.
También deberías sentirte la niña con más suerte del vecindario por los padres que te han tocado. Evidemente no podías elegirlos, pero si yo fuera tú y hubiera tenido la posibilidad, los hubiera elegido a ellos. Aunque son algo carrocillas (no te preocupes que tu tía la moderna te hablará de chicos cuando tus padres ya estén en deshuso y te dejará llegar más tarde cuando duermas en su casa), tú eres lo más grande que nunca podían haber soñado con tener. Que se lo digan a tu mami, que había renegado millones de veces de todo cuanto oliera a pañales y chupetes. Pues mírala ahora, que parece Froilen María en Sonrisas y Lágrimas. Una madre se hace, no se nace. Eso ha quedado demostrado. Deberías haberla conocido hace unos años... Y sin embargo ahora.... No te imaginas lo que la has cambiado... Y es que nos has alegrado mucho a todos, pero también nos has unido mucho más de lo que siempre hemos estado. Cualquier excusa es buena para sacarte de paseo!!
Y qué te voy a decir de tu padre. Si es un buenazo! Yo lo quiero como si siempre hubiera sido parte de nuestra familia, porque realmente, los años en que él no estaba no han sido lo mismo. Vas a ser la reina de las verbenas cuando años después se siga cantando el mítico "tengo un tractor amarillo" y tú puedas decir: "Mi papá también". Porque otra cosa no, pero de campo nos vas a salir un rato; como tu padre. Cuánto hemos bromeado con los bocadillos de chuletas que te van a hacer para el recreo.... Deberías ver la cara que pone tu padre cuando te ve, Bubu. Porque así te llama. Nunca voy a olvidar el primer momento en que te ví. Estabas en brazos de tu papí, cuando yo entré a verte, dos minutos después de nacer. Allí estaba él, todo vestido de verde, con una bata de hospital, sujetándote con cara de circunstancias... Realmente, no me había parado a pensarlo, pero después de los de tu padre, los primeros brazos que probaste fueron los míos.... Eso nos hace tía y sobrina favoritas para siempre....
Y por último, y no menos importante, has tenido la enorme suerte de conocer a Rita. Ella llegó a casa sólo un año antes que tú, con lo que ahora tenemos dos bebés. Aunque te encanta seguirla con la mirada, a ella todavía no le haces mucha gracia....Eso sí, no te preocupes que no te quita tus juguetes... Sólo está esperando para que podáis jugar juntas. Deberías haberla visto las primeras veces que llorabas. Rita se acercaba a tu carrito porque sabía que algo pasaba. Vais a ser buenas compañeras de césped. Una ve leí que los bebés que convivís con perros sois más vivos y espabilados. Ya tienes dos puntos en tu favor.
En fin, Sabina (le debes el nombre a nuestra bisabuela, a la que siempre recordaré sentada junto a la ventana. Ella fue una mujer fuerte y longeva, como tú serás algún día), con todo esto sólo quería dejar página impresa (o ciberimpresa) para que, a la vez que conoces quiénes somos, sepas que un día de diciembre, cambiaste las vidas de cuantos te rodean. Entonces, ese día, acuérdate de lo que yo escribí pensando en tí como ahora pienso (Palabras para Julia).
La foto que he utilizado para tu "cuento" te muestra más princesa de lo que nunca nadie podrá ser. Nos la hizo mi amigo Moncho en un viaje a Cuenca. Acuérdate de darle las gracias cuando crezcas) Porque érase una vez, alguien puso una princesa en nuestro cuento.
Aunque tú todavía no lo sabes, eres muy afortunada. No muchos niños tienen una familia tan completa. Tienes un bisabuelo que se llama Federico. Con tu permiso, él es todavía la persona más importante de nuestra casa. Ya lo aprenderás, pero la veteranía es un grado. Tenerte en casa todos los días lo hace más joven. Y eso que tiene 91 añitos... Eso sí, muy bien llevados. A tu bisabuelo se le cae la baba contigo. No es para menos, porque todos los días aprendes alguna tontería nueva de las que te enseña tu abuela Celia. Esa es otra historia. Sabina, después de la que tu mamá y yo hemos tenido ( y a la que tú no has podido conocer. Te habría querido muchísimo...) tú tienes la mejor abuela del mundo. Creo que ni ella misma sabe cuánto te quiere. La tienes embobada. Es una pena que los bebés no podáis daros cuenta de las atenciones que os hacemos de pequeños. Lo que te estaba diciendo, tu abuela Celia te adora. Aunque no es algo nuevo. Ella daría cualquier cosa por alguna de nosotras tres (tú, tu mamá y yo). Cuando seas mayor tienes que devolverle a la abuela la mitad de las carantoñas que ella te hace a diario. Igual que tu abuelo Julián, que está obsesionado con que cada vez que lloras es que tienes hambre.
También deberías sentirte la niña con más suerte del vecindario por los padres que te han tocado. Evidemente no podías elegirlos, pero si yo fuera tú y hubiera tenido la posibilidad, los hubiera elegido a ellos. Aunque son algo carrocillas (no te preocupes que tu tía la moderna te hablará de chicos cuando tus padres ya estén en deshuso y te dejará llegar más tarde cuando duermas en su casa), tú eres lo más grande que nunca podían haber soñado con tener. Que se lo digan a tu mami, que había renegado millones de veces de todo cuanto oliera a pañales y chupetes. Pues mírala ahora, que parece Froilen María en Sonrisas y Lágrimas. Una madre se hace, no se nace. Eso ha quedado demostrado. Deberías haberla conocido hace unos años... Y sin embargo ahora.... No te imaginas lo que la has cambiado... Y es que nos has alegrado mucho a todos, pero también nos has unido mucho más de lo que siempre hemos estado. Cualquier excusa es buena para sacarte de paseo!!
Y qué te voy a decir de tu padre. Si es un buenazo! Yo lo quiero como si siempre hubiera sido parte de nuestra familia, porque realmente, los años en que él no estaba no han sido lo mismo. Vas a ser la reina de las verbenas cuando años después se siga cantando el mítico "tengo un tractor amarillo" y tú puedas decir: "Mi papá también". Porque otra cosa no, pero de campo nos vas a salir un rato; como tu padre. Cuánto hemos bromeado con los bocadillos de chuletas que te van a hacer para el recreo.... Deberías ver la cara que pone tu padre cuando te ve, Bubu. Porque así te llama. Nunca voy a olvidar el primer momento en que te ví. Estabas en brazos de tu papí, cuando yo entré a verte, dos minutos después de nacer. Allí estaba él, todo vestido de verde, con una bata de hospital, sujetándote con cara de circunstancias... Realmente, no me había parado a pensarlo, pero después de los de tu padre, los primeros brazos que probaste fueron los míos.... Eso nos hace tía y sobrina favoritas para siempre....
Y por último, y no menos importante, has tenido la enorme suerte de conocer a Rita. Ella llegó a casa sólo un año antes que tú, con lo que ahora tenemos dos bebés. Aunque te encanta seguirla con la mirada, a ella todavía no le haces mucha gracia....Eso sí, no te preocupes que no te quita tus juguetes... Sólo está esperando para que podáis jugar juntas. Deberías haberla visto las primeras veces que llorabas. Rita se acercaba a tu carrito porque sabía que algo pasaba. Vais a ser buenas compañeras de césped. Una ve leí que los bebés que convivís con perros sois más vivos y espabilados. Ya tienes dos puntos en tu favor.
En fin, Sabina (le debes el nombre a nuestra bisabuela, a la que siempre recordaré sentada junto a la ventana. Ella fue una mujer fuerte y longeva, como tú serás algún día), con todo esto sólo quería dejar página impresa (o ciberimpresa) para que, a la vez que conoces quiénes somos, sepas que un día de diciembre, cambiaste las vidas de cuantos te rodean. Entonces, ese día, acuérdate de lo que yo escribí pensando en tí como ahora pienso (Palabras para Julia).
La foto que he utilizado para tu "cuento" te muestra más princesa de lo que nunca nadie podrá ser. Nos la hizo mi amigo Moncho en un viaje a Cuenca. Acuérdate de darle las gracias cuando crezcas) Porque érase una vez, alguien puso una princesa en nuestro cuento.
PD: Te dedico esta nana que una vez Mónica Molina escribió para su niña Candela
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Spring has sprung
Aquí os dejo un pequeño resumen de los mejores momentos de mi escapada a España. Como podéis ver, mi viaje se ha resumido en pocas palabras: Sabina, familia, Rita, amigas, sol y comida!!! La primera foto me encanta. Como todos sabéis, soy superfan de Mafalda (estaba en la feria del libro de Cuenca). En el resto sale Sabina, mi Rita y mis amigas en el día del cumple de Virginia (no, Vir, Ryanair no es una aerolinea Jordana por mucho que la reina se llame Ranya. Ni el Jamón de York es de Nueva York, Es de York (UK). Y sí, el skype está en español, así que no hace falta que te busques un profesor paraticular para llamarme.
En fin, qué más deciros? Que ya he vuelto a Liverpool, que me ha sentado fenomenal el solecito de Espain, y que ya es primavera en el Corte Inglés (y también en UK), Spring has srpung!
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El sitio de mi recreo
Hola a tod@s! Dos volcanes y un vuelo cancelado después, creo que me encuentro en disposición de afirmar que ¡vuelo (y vuelvo) a casa!Voy a confesaros un secreto que os hará entender la emoción que me despierta esta visita express. Lo voy a poner entre paréntesis para que suene más bajito. (Estoy nerviosísima con la idea de volver a casa!!!)
Os explico, así a lo bruto. No sólo son los casi dos meses que hace que no veo a mi familia. Ni tampoco que mi sobrina tenga ya casi 5 meses y me los haya perdido todos. Que Rita pueda haberse olvidado de mi me preocupa, pero me la ganaré de nuevo dejándole dormir en mi cama. Que no vea a mi Ana desde noviembre del año pasado (y a los tetes y a Laurita), se puede superar con largas llamadas de teléfono. Tampoco que mis Chonis hayan perdido a la presidenta durante algunas semanas. ¿Entonces?, os estaréis preguntando, ¿cuál es el origen de los nervios para alguien que sólo va a pasar 6 días en su propia casa? La respuesta es sencilla. Todo eso que os estoy contando, que tanto echo de menos en mi vida a la inglesa, ha decidido agruparse este fin de semana en lo que probablemente será el mayor cóctel de emociones jamás agitado. Cuenca, mi Cuenca, se tornará escenario del más esperado de los reencuentros. Y es que, por fin, después de unos días de nervios, cancelaciones aéreas y volcanes islandeses, mañana vuelvo a casa. Llegaré a Madrid a las 2 de la tarde. Allí me estará esperando la primera de las alegrías: Gloriprima. Los que me conocéis sabéis lo mucho que quiero a mi prima gemela, a la que no veo desde una larga mañana de noviembre juntas en Cuenca (dónde si no). Nos vamos las dos juntas para Cuenca en lo que tiene pinta de ser la mejor sesión de cocheterapia jamás narrada. Ella será mi primer contacto con la realidad, con próxima parada, "mi casa". Allí estarán esperándome en orden de sucesión al trono: mi Rita (mi perra), mi abuelo, mi tía, mi chacha y mi sobrina (gracias Skype por dejarme verla casi todos los días) y los valencianos más conquenses. Ana y Laura, y Jose y Moncho (casi cumpleaños feliz). Me imagino que sabréis cuánto significan todas estas personas en mi vida. Mis Chonis estarán, como siempre, en los bares, donde se reencuentran los buenos amigos.
Puede que esté más sensible de lo normal, que la primavera la sangre altera, o que simplemente quiero mucho a la gente que me importa, pero sólo de pensar en mi fin de semana me emociono.
Qué ganas de cotillear con mi prima y contarle cuántas cosas me están pasando, de estrujar a Rita y "decirle" cuánto la echo de menos; de abrazar a mi abuelo y decirle que aunque estoy en Inglaterra, como todos los días. También de achuchar a mi tía y decirle lo feliz que me está haciendo la experiencia allende los mares. De hablar con mi chacha y explicarle lo que me ha cambiado la vida desde que tomo decisiones valientes, y de comprobar cuánto pesa mi Sabina dos meses después de la última vez (de eso y de morderle los mofletes). De enfriar un café con leche con Ana porque no nos da tiempo a beberlo con tantas cosas que tenemos que contarnos (sí Ana, mi vida ha cambiado mucho. Soy muy feliz. Pero te sigo queriendo como a una hermana. Y sí, sigues siendo mi mejor amiga). De dar la enhorabuena a Laurita (la pediatra de mis hijos) y de planear el viaje que nos vamos a hacer con su primer sueldo. Por no hablar de los tetes. Mi Jose en su vigésimo séptima visita a Cuenca, pero la primera con mi Moncho, que nos cumple años y que ha pedido el fin de semana libre para venir a verme. No sabéis cuánto lo valoro, y cuánta ilusión me hace reuniros a los cuatro.
Me muero de ganas de andar descalza por el suelo de mi casa, de tomarme 200 millones de cañas con mis amigas, de oler a humo de bar y de darme un baño en mi bañera mientras me enciendo mis velas. De reunir a mi familia frente a una buena comida y tener que levantarme antes para hacer los cafés.
De quedar con mis Chonis y hacerles fotos por debajo de la falda. De no saber a qué número de teléfono tengo que llamar a la Vane porque tengo 13 diferentes donde elegir.
En definitiva, y aunque lo que os muestro en la foto es la ventana de mi habitación en mi casa de Liverpool (con unas flores que me han regalado), de lo que de verdad tengo ganas es de (como dice la canción), llegar "donde nos llevó la imaginación...volveré a ese lugar donde nací". No es otro que el sitio de mi recreo. (cómo me gusta esta canción)
Nos vemos en los bares.
PS: a todos los interesados. No he ganado el concurso de Periodismo. Me he quedado entre las diez finalistas. Ya lo decía yo. Esta vez mi brújula no apuntaba al norte.
Os explico, así a lo bruto. No sólo son los casi dos meses que hace que no veo a mi familia. Ni tampoco que mi sobrina tenga ya casi 5 meses y me los haya perdido todos. Que Rita pueda haberse olvidado de mi me preocupa, pero me la ganaré de nuevo dejándole dormir en mi cama. Que no vea a mi Ana desde noviembre del año pasado (y a los tetes y a Laurita), se puede superar con largas llamadas de teléfono. Tampoco que mis Chonis hayan perdido a la presidenta durante algunas semanas. ¿Entonces?, os estaréis preguntando, ¿cuál es el origen de los nervios para alguien que sólo va a pasar 6 días en su propia casa? La respuesta es sencilla. Todo eso que os estoy contando, que tanto echo de menos en mi vida a la inglesa, ha decidido agruparse este fin de semana en lo que probablemente será el mayor cóctel de emociones jamás agitado. Cuenca, mi Cuenca, se tornará escenario del más esperado de los reencuentros. Y es que, por fin, después de unos días de nervios, cancelaciones aéreas y volcanes islandeses, mañana vuelvo a casa. Llegaré a Madrid a las 2 de la tarde. Allí me estará esperando la primera de las alegrías: Gloriprima. Los que me conocéis sabéis lo mucho que quiero a mi prima gemela, a la que no veo desde una larga mañana de noviembre juntas en Cuenca (dónde si no). Nos vamos las dos juntas para Cuenca en lo que tiene pinta de ser la mejor sesión de cocheterapia jamás narrada. Ella será mi primer contacto con la realidad, con próxima parada, "mi casa". Allí estarán esperándome en orden de sucesión al trono: mi Rita (mi perra), mi abuelo, mi tía, mi chacha y mi sobrina (gracias Skype por dejarme verla casi todos los días) y los valencianos más conquenses. Ana y Laura, y Jose y Moncho (casi cumpleaños feliz). Me imagino que sabréis cuánto significan todas estas personas en mi vida. Mis Chonis estarán, como siempre, en los bares, donde se reencuentran los buenos amigos.
Puede que esté más sensible de lo normal, que la primavera la sangre altera, o que simplemente quiero mucho a la gente que me importa, pero sólo de pensar en mi fin de semana me emociono.
Qué ganas de cotillear con mi prima y contarle cuántas cosas me están pasando, de estrujar a Rita y "decirle" cuánto la echo de menos; de abrazar a mi abuelo y decirle que aunque estoy en Inglaterra, como todos los días. También de achuchar a mi tía y decirle lo feliz que me está haciendo la experiencia allende los mares. De hablar con mi chacha y explicarle lo que me ha cambiado la vida desde que tomo decisiones valientes, y de comprobar cuánto pesa mi Sabina dos meses después de la última vez (de eso y de morderle los mofletes). De enfriar un café con leche con Ana porque no nos da tiempo a beberlo con tantas cosas que tenemos que contarnos (sí Ana, mi vida ha cambiado mucho. Soy muy feliz. Pero te sigo queriendo como a una hermana. Y sí, sigues siendo mi mejor amiga). De dar la enhorabuena a Laurita (la pediatra de mis hijos) y de planear el viaje que nos vamos a hacer con su primer sueldo. Por no hablar de los tetes. Mi Jose en su vigésimo séptima visita a Cuenca, pero la primera con mi Moncho, que nos cumple años y que ha pedido el fin de semana libre para venir a verme. No sabéis cuánto lo valoro, y cuánta ilusión me hace reuniros a los cuatro.
Me muero de ganas de andar descalza por el suelo de mi casa, de tomarme 200 millones de cañas con mis amigas, de oler a humo de bar y de darme un baño en mi bañera mientras me enciendo mis velas. De reunir a mi familia frente a una buena comida y tener que levantarme antes para hacer los cafés.
De quedar con mis Chonis y hacerles fotos por debajo de la falda. De no saber a qué número de teléfono tengo que llamar a la Vane porque tengo 13 diferentes donde elegir.
En definitiva, y aunque lo que os muestro en la foto es la ventana de mi habitación en mi casa de Liverpool (con unas flores que me han regalado), de lo que de verdad tengo ganas es de (como dice la canción), llegar "donde nos llevó la imaginación...volveré a ese lugar donde nací". No es otro que el sitio de mi recreo. (cómo me gusta esta canción)
Nos vemos en los bares.
PS: a todos los interesados. No he ganado el concurso de Periodismo. Me he quedado entre las diez finalistas. Ya lo decía yo. Esta vez mi brújula no apuntaba al norte.
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Bajo el síndrome de Estocolmo...
Hola a tod@s!
Os escribo desde el último ordenador de los que me ofrece mi viaje por Escandinavia. Ocho días después el balance no puede ser más positivo. Siento haberos abandonado a mitad de trayecto, pero no podía desviar ni un minuto de mis días al ejercicio de concentración que me demandan las entradas de este mi santo blog.
Desde que no os veo (porque os veo mientras me leéis), he recorrido miles de kilómetros desde Oslo hasta Bergen, pasando por Myrdal, Flam, Gudvangen, Voss, hasta llegar a Estocolmo (después de atravesar Suecia de oeste a este). Pero una vez en este punto, los kilómetros pesan menos que las experiencias.
No quiero sonar muy pretenciosa, o incluso cursi, pero si me tuviera que quedar con una cosa de este viaje (algo sobre lo que reflexioné a instancias de mi gran amigo Pedro), sin duda elegiría la experiencia de haberlo hecho sola. Gracias a eso este viaje ha sido como ha sido, y no de otra menera.
Viajando sola he descubierto que puedo hacer cualquier cosa que me proponga. Suena a frase hecha, pero tomadla en su sentido más literal. He disfrutado de los silencios y de las conversaciones que te aportan las decenas de personas que dejas a tu paso por metros, trenes, hostels, calles, cafeterías o parques. He marcado mis tiempos, con la venia de trenes y aviones, y he saboreado cada sorbo de los riquísimos tés que me ha regalado esta ruta. En cuanto a las companías, he de deciros que he conocido historias (las personas somos nosotros y nuestras historias) que se quedan para siempre en la memoria de mi Moleskine.
Os cuento brevemente algunos detalles, porque voy a escribir una entrada de cada ciudad y viaje en cuanto descargue mis más de mil fotografías en mi ordenador.
Me ha llamado gratamente la atención que en Escandinavia quienes empujan los carritos de los bebés son siempre los padres. En el 99% de los casos que he visto eran siempre ellos quienes llevaban al bebé. Algo curioso. Incluso había parejas de padres paseando juntos (cada padre con su carrito), algo difícil de ver en Espana.
Por otro lado, me ha entusiasmado cuánto amor tienen estos suecos por los perros. Las estaciones de tren, centros comerciales y calles están llenas de gente paseando con sus canes. me aprece ideal que peudan llevarlos a todas partes!
Tercer detalle. A los suecos y noruegos les encantan las terrazas de los bares. pero claro, el tiempo no acompaña. Por eso, y en cuanto ven un rayito de sol, se tiran a la calle. Eso si, con su buena manta encima. Es curioso ver terrazas de cafeterias con sus sillas y mesas, cada una con su mantita polar encima para que los ávidos clientes las utilicen.
Cuarto punto. Qué deportista es esta gente! Las chicas van a todas partes con sus zapatillas de correr, integradas en un look muy casual. Corren por todas partes, y muchas veces con los carritos de bebé inlcuidos. Una bonita foto. Pero, sin duda, lo que les pierde es el esquí. En Noruega van a todas partes esquiando, y si la nieve escasea (en verano), ya han inventado ellos unos esquís con ruedines, como los de la bici, para poder seguir practicando todo el año. Eso si, lo que les va es el esquí de fondo. Ya os enseñaré unas graciosas fotos de gente esquiando por mitad de Bergen sin nieve ni nada, con unos esquís finitos de madera.
Quinto. Me encanta la filosofía escandinava de los suelos calefactables. Qué gustito da llegar a casa después de un día de superfrío y caminar descalzo por el suelo calentito! Una delicia.
Sexto y último (Ryanair no me da tiempo a más), tal y como me dijo Rafita, el metro (y yo añado el resto de trenes y buses) son superpuntuales aquí. Escuché a alguien decir en la cola para subir al City Hall que el presidente sueco no cobra un gran salario, sino una pequenya dieta por sus funciones, porque en escandinavia el dinero de los impuestos (enorme suma) se dedica a la mejore de las ciudades. Si esto es así, mis felicitaciones, porque las ciudades que he conocido (Oslo, Bergen y Estocolmo) están cuidadísimas. Un 10 por eso.
Me despido de vosotros, pero no con un adiós, sino con un hasta luego. Me vuelvo a Liverpool, que mañana se trabaja. Os prometo que no pasa de esta semana sin subir las fotos y escribir sobre el viaje (lo tengo todo en la moleskine). Esta última ciudad ha conseguido enamorarme. Es por eso que estoy bajo el famoso síndrome... de Estocolmo.
PD: tengo una gran noticia que contaros (por al cual voy a España desde el martes 19 de abril durante una semana)
Besos
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